domingo, 13 de julio de 2008

Demistificando

Como prueba de "cinismo angelical" se podría calificar la agresión moral caracterizada desatada por Alan García contra el país, en su presentación televisiva consentida por por Nicolas Lukar en Bogota, Colombia.Mentir sonriendo para hacerse pasar como víctima inocente.Que triste espectáculo. Insensata mascarada. Que descarado insulto hacia uno de los pueblos más antiguos de la región.Ni siquiera tuvo la inteligencia del corazón comenzando por pedir disculpas. Ninguna modestia real ó fingida. Ni la menor muestra de remordimiento. Y a eso se le dice ser un "animal político" aristotélico ó un condottieri en el sentido florentino de la palabra, es decir, sobresaliendo en el arte del maquiavelismo positivo. Nuestro criollazo Alan, a lo mucho, lo único que sabe hacer es usar y abusar de su arte oratorio apoyándose sobre el principio de la manipulación subliminal de las masas, consistiendo a orientar la atención hacia el aspecto emocional provocado por el efecto de anuncio. Su discurso es peligroso porque emplea las armas de la mentira, de la hipocresía y del cinismo; envueltos por el encanto de su sonrisa engañadora. Sabe explotar su capacidad de crear lazos de simpatía, entusiasmo y hasta fascinación debido a esa sutil mezcla de sagacidad y osadía de decir justo lo que la gente quiere escuchar. Es así como sorprende e impresiona a los que no están provistos de un análisis crítico y constructivo. El río hablador se pierde en conjeturas de sus dos vertientes naturales: La intoxicación y la desinformación.Su presencia hace daño al país. Altera y perturba el proceso democrático de las elecciones. Corrompe la atmósfera y degrada la calidad del debate público. Sin embargo, los demócratas tienen que aceptar las reglas de juego. Es una lástima la falta de tacto y de delicadeza del personaje, pero el no puede luchar contra sus demonios ávidos de las frivolidades del poder. Su egolatría le impide comprender y rendirse ante esta simple evidencia. El Perú de hoy día necesita pragmáticos y no dogmáticos. Hombres de perspicacia y eficacia técnica y además, con solvencia moral comprobada. Hombres de bien y no individuos imbuidos de mañas y patrañas.Su cálculo politiquero consiste en sacar provecho del talón de Aquiles de la democracia. En las repúblicas jóvenes, se suele comportarse como si se estuviera bajo la dictadura de la estupidez. Ante el vacío de cultura política y de tradiciones democráticas, los hombres "providenciales" ofrecen y el oro y el moro.Es necesario actuar con sensatez y responsabilidad. En el caso que nos ocupa, es recomendable darle el tratamiento adecuado. Neutralizarlo con la indiferencia, ignorando su presencia. Dar a conocer el plan de gobierno desde el ángulo programático y técnico, sin promesas ni falsas esperanzas. Hay que tener presente que en abril próximo, el pueblo peruano terminará por refrescarle la memoria de su desastroso quinquenio y de los delitos cometidos, los cuales, hasta la fecha, aún siguen cubiertos por el manto de la impunidad. El problema de García y del alanismo es simple. Se equivocan de país y de época. El nuevo Perú ya está iniciando una era de democracia. Esta en nuestras manos el deber de construir una verdadera democracia real y moderna. La República exige a sus ciudadanos honestos y serios, el compromiso de la obligación moral de resultados concretos y probatorios. Basta ya de perder el tiempo en palabras huecas. Ha llegado la hora de remangarse las mangas de la camisa y ponerse a trabajar, mirando al futuro sin resentimientos ni temores. Solamente los mejores entre nosotros deben plantear objetivos claros, trazar metas realizables y sobretodo, darse los medios humanos, materiales y financieros. Urge nuevos hombres sólidos, consistentes y consecuentes con el interés nacional, el cual, siempre debe estar puesto por encima de los intereses subalternos de las personas utilitarias.El pragmatismo meritorio se mide en términos de logros realizados, traducidos en un desarrollo económico descentralizado y autosostenido para el país así como en una efectiva mejoría de la calidad de vida de la población.A nuestro Alan nacional aún le queda una opción. Sabiendo que el Perú es el país de las maravillas donde lo absurdo impera porque la política del mamey se hace ley; entonces, cuando haya aprendido la lección aprovechando su estadía en Francia, puede, a lo mejor tener una nueva oportunidad en el 2006; siempre y cuando demuestre dos cosas: Capacidad de arrepentimiento haciendo un mea culpa público y, por otro lado, que dé indicios razonables de maduración y cambio en el arte de gobernar.
Merope
Paris/30.01.2001

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